jueves, 5 de marzo de 2009

Ay Peter, Peter...

El Señor Greenaway dice que el cine está muerto, y yo no soy quien para discutírselo. Sin embargo, tal afirmación me parece un tanto excesiva a la vez que poco concreta, y creo que con ella no está buscando mas que la polémica y la controversia. Es cierto que el cine no pasa actualmente por su mejor momento. El desarrollo tecnológico de los últimos años ha cambiado por completo los hábitos de ocio y consumo de los ciudadanos: el desarrollo de la televisión y de sus distintos formatos (por cable, TDT...) que ha incrementado enormemente las opciones de consumo de los televidentes, el auge del mercado del videojuego (que tiene en la población joven a su principal consumidor) y especialmente la progresiva implantación de Internet en los hogares, con el consecuente consumo e intercambio masivo de archivos a través de la red, han supuesto un fuerte mazazo para la industria del cine en general, que ha visto reducidos sus ingresos en comparación con décadas anteriores debido a la menor afluencia de público a las salas. Sin embargo, sería poco objetivo afirmar que los factores anteriores son las únicas causas del mal momento que atraviesa el cine en la actualidad, por lo que se hace necesario analizar la situación del mismo. Sin pensar demasiado, nos damos cuenta de que Hollywood no es mas que un gran desierto de ideas, en el que predominan los remakes y las grandes producciones basadas en pobres guiones maquillados con espectaculares efectos especiales y protagonizadas por caras famosas, que en muchos casos pasan sin pena ni gloria, y en otros, arrasan las taquillas de medio mundo (la trilogía de Spiderman, El Código Da Vinci...), pero cuyo denominador común es la clara falta de originalidad y sobre todo de alma, lo que las hace ser olvidadas a los pocos minutos de haber abandonado la sala. Con ello no quiero decir que todas las películas que vienen de Hollywood pequen del mismo problema, faltaba más (Hollywood fue, es y seguirá siendo la Meca del cine, pese a quien pese), y prueba de ello son películas recientes como "Valkyria", "El Luchador" o "El curioso caso de Benjamin Button", que sin ser obras maestras, poseen una más que notable calidad. El problema principal radica en que se siguen estrenando en nuestras salas auténticos despropósitos que no se pueden calificar ni de películas ("Epic Movie", "Casi 300"...) y que la gente, inexplicablemente, sigue yendo a ver. Hollywood es el principal responsable de ello sí, pero no toda la culpa es suya, nosotros mismos, los espectadores, somos cómplices de que se siga estrenando, una y otra vez, la misma mierda pero con distinto nombre, pues si no fuéramos a verlas y no tuvieran el éxito que tienen, a Hollywood no le quedaría más remedio que cambiar de fómula y producir mejores películas.
Así pues, y respondiendo a Greenaway, diré que no pienso que el cine esté muerto, pues a pesar del gran número de bodrios que se estrenan, siguen apareciendo paulatinamente buenas películas que equilibran la balanza. Yo particularmente y a modo de conclusión, más que afirmar que el cine está muerto, me atrevería a decir que en todo caso son las mentes de los espectadores las que están muertas, pues películas buenas no faltan nunca en la cartelera; lo que ocurre es que la gente prefiere lo mediocre a lo sublime.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Ahhhh... la mediocridad siempre triunfando.
    A ver si actualizamos más el blog, que está más muerto que el cine jeje

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